CASTILLA Y LEON

EL PRECIO DE LAS RESIDENCIAS DE ANCIANOS HA SUBIDO UN 33% DESDE 2000, EL DOBLE QUE LA INFLACION

- Según un informe de "Consumer", que pone de manifiesto la escasez de plazas y la baja calidad de algunas

MADRID
SERVIMEDIA

El precio de una plaza en una residencia de ancianos ha subido un 33% en los últimos cinco años, el doble que la inflación, para situarse en una media de 956 euros en habitación compartida, según un estudio realizado por la revista "Consumer", que edita la Fundación Eroski, sobre una muestra de 104 residencias.

En los centros privados, la media es de 1.342 euros al mes (un 50% más que hace cinco años) y oscila entre los 1.600 euros para un anciano asistido o dependiente y los 1.100 para uno que no requiere asistencia, en habitación compartida.

En las residencias públicas las tarifas son más asequibles: 956 euros de media (un 30% más que en 2000), con una media que oscila entre los 1.095 y los 775 euros al mes.

No obstante, a las personas mayores que no pueden sufragar este coste se les cobra una cantidad que, según los casos, representa entre el 75% y el 90% de sus ingresos, frecuentemente la pensión.

CARAS Y ESCASAS

Además de la carestía, el estudio pone de manifiesto la escasez de plazas, dado que sólo hay en España 3,5 camas por cada 100 mayores de 65 años y 14 plazas por cada 100 ancianos de más de 80 años.

Esto provoca que el "principal problema" sea el déficit de plazas, como lo demuestra que el 77% de las residencias tienen lista de espera, mientras que este dato se eleva hasta el 93% en el caso de los centros públicos.

El estudio concluye con una buena calificación media para el conjunto de las residencias, si bien apunta que hay "enormes diferencias" entre ellas y las públicas siguen siendo "mejores y más baratas".

Así, sólo el 46% de las residencias privadas tiene baño completo en las habitaciones, mientras que no hay médico permanente en el 58% de ellas. Además, la especialidad del médico tampoco es la más adecuada, dado que sólo en el 47% hay un geriatra o un internista.

Lo más positivo, según el informe, es que hacen esfuerzos por convertirse en un "segundo hogar" permitiendo visitas en las habitaciones, guardar pertenencias personales bajo llave o realizar prácticas religiosas.

OLORES

Aunque la mayoría estaban en buen estado de limpieza y conservación, un 15% de las visitadas ofrecía un aspecto "mejorable" y un 11% presentó olores "muy desagradables", en la mayoría por falta de ventilación.

En cuanto a la seguridad, se han observado avances y mejoras en los planes de emergencia, si bien el punto negativo está en que no se han hecho los simulacros de incencio necesarios para aleccionar a los trabajadores y los asilados.

En el capítulo de prestaciones, cada vez más cuentan con servicios de peluquería, podología, farmacia, masajes o incluso la asesoría jurídica. Además, el timbre de llamada está instalado en casi todas las habitaciones y, cada vez más, se incorporan jardines, biblioteca, salón de actos o gimnasio, siempre mejores en las públicas.

Finalmente, el informe reconoce que el aspecto asistencial es el que más tienen que mejorar las residencias. En general, la dotación de personal es satisfactoria (corresponden, de media, tres ancianos por cuidador), aunque en las residencias privadas la cobertura es menor.

(SERVIMEDIA)
11 Jun 2005
H