La proposición, rechazada por 174 votos en contra, 115 a favor y ninguna abstención, instaba, entre otras cosas, a agilizar la creación de las comisiones de investigación, aumentar la comparecencia de los ministros en el Parlamento, facilitar el acceso de los diputados a documentación del Estado y reducir a seis el número depreguntas formuladas por el partido en el Gobierno durante las sesiones de control.

La diputada socialista Rosa Conde justificó la reforma del reglamento de la Cámara Baja dada la "lejanía" del Parlamento de la sociedad, la "lentitud" de las tramitaciones y el "retraso tecnológico" que adolece.

Según dijo, esto provoca un "alejamiento" de los ciudadanos con respecto a la vida política que, sumado a la "actitud prepontente, chulesca y de desprecio" del Gobierno, hace de la democracia un sistema poítico "pasivo".

Conde acusó al Partido Popular de querer "secuestrar la voz de la democracia" con su oposición a la reforma del Reglamento del Congreso y advirtió de que el Congreso ha perdido su "legitimidad de funcionamiento".

REGLAMENTO ANTICUADO

El PNV recordó que, desde hace trece años, existe un compromiso unánime de todos los grupos para reformar el Reglamento de la Cámara Baja y todavía se sigue con una normativa "anticuada" que "no responde a las necesidades sociales y parlamentarias". Tanto el portavoz vasco, Josu Erkoreka, como el representante de Izquierda Unida, Luis Carlos Rejón, señalaron que, actualmente, en lugar de hacerse un control al Gobierno en el Congreso es el Gobierno quien controla a los diputados con la normativa actual.

Rejón aseguró que el Ejecutivo de José María Aznar está "muy contento y muy tranquilo" con el Reglamento en vigor porque, "en lugar de controlar al Gobierno, nos controlan a nosotros". Defendió la conveniencia de reducir a seis el número de custiones a las que tiene derecho el partido en el poder en la sesión de control para evitar "preguntas de botafumeiro" que sólo sirven para el lucimiento del Ejecutivo, y no el control por la oposición.

La portavoz de Eusko Alkartasuna, Begoña Lasagabaster, resaltó que lo que divide a los grupos redactores de la propuesta -PSOE, PNV, IU y Grupo Mixto- y el resto de las formaciones es una cuestión de "oportunidad del momento, según las coyunturas políticas de dónde estén unos y otros".

Por eso, recamó al menos que no se pierdan los esfuerzos ya realizados durante los últimos años por los portavoces de todos los grupos para consensuar un texto común.

MOMENTO INOPORTUNO

Jordi Jané, portavoz adjunto de CiU, dejó claro que este debate "no es oportuno" en el día de hoy, pero sí lo sería en una próxima convocatoria con el consenso de todos los grupos o en la próxima legislatura.

Afirmó que su partido está de acuerdo con el 80 por ciento de los contenidos de la propuesta de PSOE, PNV, IU y Grup Mixto e invitó al resto de los portavoces a aprobar en un futuro cercano la base de ese documento y dejar los puntos discordantes para otra ocasión.

En este sentido, hizo un llamamiento al Partido Popular para que "facilite" las cosas y sea posible que todos pacten un texto con todo aquello en lo que están de acuerdo. "Sería un reconocimiento a quienes ya han trabajado bien y mucho", dijo.

Sin embargo, el portavoz parlamentario del PP, Luis de Grandes, calificó la reforma del reglamento de "manc y provocadora" y acusó a los grupos firmantes de romper "deliberadamente" el compromiso que había por alcanzar un consenso.

Asimismo, reprochó al Partido Socialista que en trece años de Gobierno no hiciera "nada" por modificar el Reglamento y ahora se una a PNV, IU y Grupo Mixto para hacerlo con carácter de urgencia.