La formación regionalista que da soporte a los socialistas y al resto de partidos de izquierda, UM, resolvió la semana pasada cesar a su hasta ahora portavoz, imputado por la Fiscalía Anticorrupción en el "caso Son Oms", lo que deja con igual número de escaños a la coalición de izquierdas y UM y al PP.

La situación puede empeorar para los socialistas que lidera Francesc Antich si Bartomeu Vicens, que ha decidido no abandonar su escaño y pasar al Grupo Mixto, lo que oficializará mañana, decidiera en adelante votar en contra de la acción de gobierno.

El PP ya ha manifestado que no se aprovechará de la situación, aunque sí ha expresado su preocupación por la estabilidad del gobierno tras lo sucedido.

El presidente balear confirmó el pasado viernes en rueda de prensa que no piensa convocar elecciones anticipadas por "responsabilidad" ante la actual situación económica, al tiempo que abrió las puertas a eventuales pactos con la oposición, en este caso, el PP.

El resto de formaciones que apoyan al gobierno, incluida UM, mantiene su respaldo a Antich, aunque la formación regionalista no pondría pegas a un anticipo electoral si no queda garantizada la gobernabilidad hasta final de legislatura.

Es previsible que mañana, en el Pleno del Parlament, Antich formalice su oferta al PP de pactos para sacar adelante, al menos, los próximos presupuestos.