Violencia de género
El PP pide "alzar la voz" por las mujeres afganas

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El Partido Popular pidió este jueves alzar la voz por las mujeres afganas, con motivo del Día Internacional contra la violencia de la mujer, que se celebra el próximo 25 de noviembre, pues sufren "una de las situaciones de violación de la dignidad y de los derechos humanos más severas de nuestros días".
Lo hizo en un acto de homenaje celebrado en Madrid bajo el título 'Voces silenciadas' organizado por la vicepresidenta de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género del Parlamento Europeo, Rosa Estarás, que contó con tres mujeres refugiadas afganas que relataron el martirio que han vivido en su país y que aún sufre esa sociedad.
Según informó el PP, la secretaria general, Cuca Gamarra, reiteró el “compromiso irrenunciable” de su formación "con la defensa y promoción de los derechos de las mujeres en cualquier lugar del mundo, allí donde sean socavados o amenazados”. “Las mujeres afganas han quedado apartadas del espacio público, recluidas en el hogar y sometidas. Por no hablar de los matrimonios forzados y precoces a los que no pueden renunciar. O la falta de acceso a la educación… Negar la voz a las mujeres les niega su humanidad y su dignidad. Traspasa todos los límites del totalitarismo que invade hasta los aspectos más cotidianos de la vida”, declaró.
En este sentido, recalcó que los derechos de la mujer no son la causa de “un” colectivo, “son la causa de toda la sociedad, son la causa de los derechos humanos”. “Y no hay circunstancias, ni contextos, ni regímenes políticos que justifiquen las violaciones de los derechos humanos”, recalcó Gamarra.
Por su parte, Rosa Estarás manifestó que el Parlamento Europeo quiere abrir sus puertas para apoyarlas en el futuro y contribuir a romper esta tragedia. “Consideramos que esta situación es una violación directa de los valores que defendemos como europeos: la dignidad humana, la igualdad y los derechos fundamentales”, resaltó.
Estarás recordó que el Parlamento aprobó una resolución el pasado 19 de septiembre en apoyo a las mujeres afganas que debe llevar a una reflexión. “Los derechos de estas mujeres están absolutamente conculcados día a día. Se ha institucionalizado la opresión y la persecución hacia ellas. Se violan diariamente todos sus derechos fundamentales con total impunidad. La vida de 21 millones de mujeres afganas es un infierno”, manifestó.
En su opinión, “es muy importante visibilizar lo que está ocurriendo en Afganistán, alzar la voz y ser su voz”. “Ninguna mujer debería vivir en las condiciones que enfrentan las mujeres afganas. La Unión Europea quiere ser su portavoz. No puede pasar ni un día más en silencio. Por ello, pedimos a la comunidad internacional una implicación absoluta para ser su voz y contribuir a iluminar su camino hacia un futuro más justo y libre”, añadió.
Según se explicó durante el acto, la educación está vetada para las niñas a partir de los doce años, no pueden salir de casa sin acompañamiento, deben cumplir estrictos códigos de conducta, estar cubiertas de arriba abajo, no pueden hacer deporte, no pueden llevar tacones, y no pueden cantar ni asomarse a las ventanas, incluso dentro de sus propios hogares. "Es crucial comprender que la respuesta de la comunidad internacional debe ser absolutamente contundente. Nosotros debemos ser su voz”, consideró la eurodiputada.
En el acto participó Kadija Ahmin, periodista que fue el rostro del telediario matinal de la Radio Televisión Pública de Afganistán. Ella es superviviente de un matrimonio forzoso, madre de tres niños, y consiguió un salvoconducto para llegar a España, huyendo de la política del terror del Estado Islámico. Los asistentes también pudieron escuchar el testimonio de Hussnia Bakhtiyari, una fiscal afgana que trabajaba en el departamento de menores y gozaba de prestigio en su país. Cuando los talibanes tomaron el poder en agosto, lo tuvo claro: cruzó la frontera con Pakistán escondida bajo un burka y pasó seis meses viviendo en un cuarto junto a otras compatriotas antes de poder llegar a Madrid. Su vida y la de su familia corren peligro, ya que las mujeres formadas y con criterio son especialmente perseguidas bajo el régimen talibán.
Finalmente, leyó un poema Waheda Ahmedi, una estudiante que tuvo que dejar la universidad tras la llegada de los talibanes. Cuando éstos registraron la casa de sus padres, anunciaron que destruirían todos los títulos, certificados y documentos académicos. Sin embargo, ella decidió conservarlos bajo su responsabilidad, a pesar del riesgo que esto implicaba. El mensaje de todas ellas es claro: "No nos olviden. No podemos entender que la comunidad internacional nos haya abandonado".
(SERVIMEDIA)
21 Nov 2024
CLC