El lugar y la fecha elegida no son casuales, ya que el 20 de junio se cumple un año de la celebración en Valencia del 16 Congreso Nacional del PP, en el que Mariano Rajoy fue ratificado al frente de esta formación política por las bases populares.

La intención del acto es doble: por un lado, pretende prolongar las celebraciones del éxito electoral conseguido en los comicios al Parlamento Europeo y, por otro, servirá para encumbrar al líder popular un año después de su controvertida reelección.

Aunque Rajoy obtuvo un apoyo mayoritario de los compromisarios en aquel congreso por la ausencia de otros candidatos, más de un diez por ciento de los asistentes decidieron abstenerse en la votación o votar en blanco para visualizar la existencia de un sector crítico.

Muchos dirigentes no estaban de acuerdo entonces con la continuidad de Rajoy al frente del partido tras dos derrotas consecutivas en elecciones generales. Sin embargo, la situación interna ha cambiado por completo doce meses después.

El triunfo en las elecciones autonómicas de Galicia, el cambio político propiciado en el País Vasco con el apoyo del PP y la victoria en los comicios europeos de este domingo por casi 600.000 votos de ventaja sobre el PSOE han apaciguado el partido y han silenciado casi por completo a los críticos.

El domingo, en su discurso desde el balcón habilitado en la sede del PP para dirigirse a los simpatizantes que festejaban el resultado en la calle, Rajoy subrayó que las europeas confirmaban el éxito de la estrategia fijada hace un año en el Congreso de Valencia.

El acto que la vicesecretaria de Organización del PP, Ana Mato, está preparando para el 20 de junio busca reivindicar ese espíritu a la vez que se celebra el triunfo en los comicios europeos.

Además, al celebrarse en Valencia, volverá a producirse un apoyo específico de la dirección nacional del PP a Francisco Camps en pleno proceso judicial por el "caso Gürtel". De hecho, está previsto que en el acto intervenga el propio Camps, además de Rajoy; la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.