El Teatro Miguel de Cervantes, único público de los existentes en Málaga, fue remodelado en 1985, sin que en las obras de mejora se tuvieran en cuenta las demandas realizadas por los colectivos de minusválidos de Málaga.

Según el concejal popular Antonio Hidalgo, en el proycto de remodelación de la sala no se contemplaron mejoras de esta índole "porque el autor del proyecto dijo que rompía la unidad arquitécnónica de la fachada".

La moción expone que deben ser eliminadas las escalinatas de entrada al teatro y construida una rampa. Asimismo, propone que se desalojen las dos últimas filas del patio de butacas para que en el espacio franco puedan situarse personas en sillas de ruedas.

Al mismo tiempo, el Partido Popular exige la construcción de un ascensor, para que etas personas puedan tener acceso a las plateas y graderío superior "como cualquier otro malagueño".