La formación que lidera Mariano Rajoy había presentado quince resoluciones, tres de las cuales no llegaron a someterse a votación porque fueron retiradas antes de finalizar el debate.

Las doce resoluciones restantes fueron rechazadas mayoritariamente por casi todos los grupos parlamentarios. De hecho, sólo una de ellas -referida a políticas de vivienda- logró superar, gracias a una enmienda del PNV, los 148 votos que se corresponden con el número de diputados del PP.

Algo parecido le sucedió al Grupo Parlamentario Catalán de Josep Antoni Durán i Lleida, que vio como decaían sus quince propuestas de resolución. Sin embargo, CiU recabó el apoyo del PP en varias de sus iniciativas, si bien fue insuficiente para salir aprobada por el rechazo del PSOE y sus socios de gobierno.

La mayor parte de estas propuestas afectaban a políticas económicas y sociales, según resaltó en los pasillos del Congreso el portavoz adjunto del Grupo Popular Vicente Martínez-Pujalte, como pensiones, inmigración, medio ambiente y seguridad vial.

En cambio, el Partido Socialista sacó adelante todas sus propuestas de resolución con el apoyo de otros grupos parlamentarios, a excepción del Partido Popular, que no respaldó ninguna de las medidas impulsadas por la formación que sustenta el Gobierno.