El secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, declaró a Servimedia que el ministro quiere "tapar sus mentiras" una vez que no existen pruebas de que realmente fuera agredido durante la concentración que la Asociación de Víctimas del Terrorismo convocó en el mes de enero.

Granados afirmó que "Bono se ve en la obligación de tapar sus mentiras personándose en esa causa". "Es una huida hacia adelante para ocultar una mentira con una actuación en un juzgado", apostilló.

Asimismo, criticó que el fiscal general esté dispuesto a defender a los policías que detuvieron a dos militantes del PP de Madrid como autores de la agresión a Bono y aseguró que ese apoyo es "la constatación evidente de que detrás de estas detenciones ilegales hay una decisión política".

Granados manifestó que Conde-Pumpido está "absolutamente incapacitado e inhabilitado para ser fiscal general" e hizo un llamamiento a los policías implicados para que señalen a "quienes les ordenasen las detenciones ilegales".

FISCAL "AL SERVICIO DEL PSOE"

Por su parte, el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Antonio Beteta, calificó en rueda de prensa a Conde-Pumpido como un "fiscal al servicio del PSOE" por afirmar hoy que la "actitud vociferante" de militantes del PP que aparecen en las fotografías de la manifestación organizada por la AVT el pasado mes de enero, les hace sospechosos de un acto delictivo contra el ministro José Bono.

Explicó que estas declaraciones ponen de manifiesto "consignas socialistas que le hacen actuar al servicio del Gobierno" y dijo que Conde-Pumpido no "actúa en defensa de la legalidad, sino en una posición partidista en defensa del Gobierno y contra el Partido Popular y sus militantes".

Según Beteta, las palabras del fiscal general del Estado constituyen "un atentado al Estado de Derecho y a la democracia poniendo en tela de juicio la propia libertad de los ciudadanos".

El portavoz popular dudó "de la capacidad de Conde- Pumpido" para el cargo que ostenta, dado que "no lo cumple con autonomía, sino a merced de lo que convenga al Gobierno socialista", y le acusó de "ser incapaz de realizar su función, que es promover el Derecho".

Consideró que las declaraciones del fiscal general ponen de manifiesto una actitud "goebbeliana" y afirmó que "a los socialistas les disgusta que los ciudadanos se manifiesten en la calle contra la política del Gobierno, y el fiscal, en lugar de defender a los ciudadanos, se convierte en instrumento de la política socialista".

Asimismo, calificó de "retroceso democrático" el hecho de que, "por vociferar en una manifestación, ya se es sospechoso de haber cometido un delito, como bien argumentó el fiscal" y consideró esta actitud como "propia de una dictadura y no de una democracia", lo que pone en evidencia que Conde-Pumpido es un "fiscal al servicio exclusivamente del PSOE dado que por ser militantes populares ya son sospechosos".