Portabales declaró en condición de acusado ante el tribunal que juzga desde la pasada semana a 47 procesados por la denominada "operación Nécora", en una sesión en la que además relacionó a otro de los encausados, José Manuel Padín, conocido tambié como "Manolo el catalán", en varias operaciones de tráfico de cocaína.

El "arrepentido" se confesó culpable de todos los delitos que se le imputan, por los que el fiscal pide 2 años de prisión, "salvo el de depósito de armas", pero negó ser "un alto jefe de la organización" para la que dijo trabajar desde 1980, año en que comenzó a trabajar para Cieisa, compañía propiedad de los hermanos Barreiros.

Durante el interrogatorio de esta sesión, Portabales aludió a siete operaciones concretas en las qe participó como "relaciones públicas, con el fin de hacer contactos para contratar barcos".

De esta forma, aseguró que en marzo de 1981 puso en contacto a Padín, miembro de las redes del contrabando de tabaco, con el narcotraficante José Ramón Mata Ballesteros para introducir "algunos paquetes" en España, mercancía que fue transportada en uno de los barcos de Barreiros, el "Promarsa 1", hasta las islas Azores.

Según Portabales, esta negociación le valió una "reprimenda" por parte de Barreiros, qien le dijo que no hiciera más operaciones "a sus espaldas".

El "arrepentido" relacionó asimismo a Padín en otras dos entregas de "cientos de kilos de cocaína" en Costa Rica y Las Palmas de Gran Canaria, y en una reunión mantenida en Cascais (Portugal) con Fabio Ochoa, destacado miembro del "cartel de Medellín", para contratar una nueva operación.

Portabales afirmó también haber recibido la orden por parte de Barreiros de supervisar una entrega "de más de 800 cajas" en la isla panameña de Cohibas tras asistir a una reunión con representantes del Ejército y de la guerrilla colombiana, en la que también estuvo presente el empresario.

La mercancía resultó estar compuesta por "armas y municiones", según pudo comprobar Portabales cuando se rompieron varias cajas durante la descarga, en aguas cercanas a la isla.

El "arrepentido" manifestó haber estado presente en una conversación mantenida por Padín en una discoteca de Valencia con Goyanes para comprar "entre 8 y 10 kilos" de cocaína, que se econtraba en Portugal.

Según su testimonio, Goyanes iba acompañado de otra persona interesada en adquirir armas, por lo que Padín le facilitó el nombre de un traficante italiano.

COACCIONES Y AMENAZAS

El tribunal de la Audiencia Nacional recibió hoy nuevas denuncias de coacciones y amenazas, esta vez por parte de los abogados defensores de todos los procesados, excepto los de los "arrepentidos" Portabales y Manuel Fernández Padín.

El abogado de Laureano Oubiña, Manuel Tuero, hizo referenciaindirecta a unas declaraciones efectuadas este verano por el juez de la Audiencia Nacional Carlos Bueren, que apuntó durante la celebración de unos cursos universitarios la posibilidad de que existiera cierta connivencia entre los defensores y los narcotraficantes.

Tuero pidió el amparo del tribunal por estimar que el derecho a ejercitar la defensa se veía coaccionado por este motivo, pero el magistrado Francisco Castro Meije consideró que tales acusaciones escapan a las competencias de la sala que prside.

Portabales aludió por su parte a las presiones que reciben algunos de los testigos del caso, "que me han llamado para decirme que están tratando de localizarles para darles toques".

La vista continúa esta tarde con la intervención de los abogados de Barreiros, Padín y Goyanes. Por la mañana, Barreiros declaró que no teme las acusaciones de Portabales y que está tranquilo, "porque cuando se va a decir la verdad no se tiene porqué estar nervioso".