El lugar escogido para construir la discoteca es una antigua curtiduría situada a unos 300 metros de este campo de concentración, lugar donde los judíos fueron forzados a trabajar hasta morir durante la II Guerra Mundial.

La comunidad judía se ha manifestado indignada con esta iniciativa, que ha recibido el beneplácito de las autoridades locales de Oswiecim, el nombre de la localidad polaca.

"Se anima a baiar a los jóvenes polacos en las cercanías del cementerio judío más grande de la historia", se lamenta el rabino estadounidense Abraham Cooper, líder de la oposición a este proyecto. "Es imposible poder describir la rabia que sienten tanto las víctimas del nazismo como la comunidad de judíos a nivel mundial".