La Generalitat valenciana señala que esta partida de gallinas, que entró en el matadero Pamies, en la Granja de Rocamora, el 2 de febrero de 1999, podría haber tenido un contacto con piensos contaminados por dioxinas.

Las mismas fuentes indicaron que de estas 5.600 gallinas, que suponen 9.254 kilos de carne, en la Comunidad Valenciana sólo se han consumido 2.465 kilos.

Las autoridades sanitarias han manifestado que en el supuesto de que los animales hubiesen consumido piensos contaminados, la intoxicación por dioxina se produciría sólo a lo largo de un dilatado periodo de tiempo, después de la ingestión intensiva y contnuada del producto contaminado, lo que en este caso es imposible.

La Consejería de Sanidad ha trasladado un mensaje de tranquilidad a la población, puesto que no existe riesgo alguno, y ha puesto a disposición de los establecimientos cárnicos el teléfono de información para aclarar cualquier duda.