Los hechos se produjeron a primera hora de la mañana, cuando Antonio Orellana hacía novillos en la primera clase. Los agentes se le acercaron y tras identificarse verbalmente, le trasladaron a una carpintería de la zona, al parecer propiedad de uno de ellos.

Según la versión de la familia del menor, el niño trató de huir al pensar que era víctima de un secuestro, por lo que tras la persecución, fue golpeado en reiteradas ocasiones.

Fernández Lupón señaló que los dos policias "no estaban de servicio" y que se acercaron Antonio Orellana porque varios vecinos de la zona les alertaron de que el joven estaba cometiendo algún robo. Asimismo, aseguró que las lesiones que sufrió el menor se produjeron porque los policias "no tenían los medios adecuados" en el momento de su actuación.

"Al menor se le ofreció la posibilidad de ir al hospital cuando estuvo en Comisaría y no fue, por lo que la presunta paliza tampoco se ha podido determinar desde el puno de vista de un reconocimiento médico en el momento", explicó.

Los dos agentes continúan en sus puestos, mientras que la Comisaría Provincial de Policía de Málaga rechaza hacer cualquier tipo de valoración al respecto.