Según las fuentes consultadas, los secuestradores cuentan con amplia información sobre los negocios y situación financiera del empresario, que sólo puede haber sido facilitada por alguien de su entorno que conoce bien su situación patrimonial.

Incluso se sospecha que el momento del secuestro fue elegido gracias a los datos sobre las costumbres de Cordón mencionaos por esas personas.

La Policía no tiene la seguridad de que esa colaboración haya sido intencionada y estiman que un especialista conectado con la banda podría haber sonsacado esa información a personas del entorno del empresario.

Los agentes encargados del caso sospechan también que la banda terrorista Grapo, que reivindicó el secuestro, cuenta con la ayuda de alguna organización de delincuentes comunes especializados en extorsiones, porque no tiene la infraestructura adecuada para mantener unsecuestro.

Por el momento, la Policía no ha detectado ningún movimiento sospechoso en las cuentas del empresario ni de su familia, que están controladas para evitar el pago de un rescate.

Al parecer, los terroristas han exigido a la familia el pago de 300 millones de pesetas por la liberación de Cordón a través de un intermediario que el propio empresario ha designado. La familia ha desmentido la existencia de contactos con los secuestradores para la petición de rescate.