Aunque el funeral por el alma del agente se ofició el pasado jueves, el juez que instruye el caso, Juan Francisco Ramírez Barroso, no ordenó su inhumación hasta la tarde de ayer, permaneciendo hasta esta mañana en el tanatorio municipal malagueño.

Una semana después del asesinato, el Grupo de Homicidios de l Policía malagueña, que se hizo cargo de las investigaciones, aún no dispone de pistas fiables que concluyan en la detención de los responsables de los hechos.

El agente fue encontrado sin vida a las seis de la madrugada del martes de la semana pasada por los bomberos de Málaga, que acudieron a sofocar un vehículo en llamas en un camino vecinal junto a la N-340 en las cercanías de las pistas del Aeropuerto Pablo Ruiz Picasso.

García Briales, casado y padre de cuatro hijos, apareció carbonizado, cn las manos esposadas y con al menos un disparo en su cuerpo, según fuentes policiales, que han descartado la autoría del crimen por delincuentes comunes, al haber sido encontrada la pistola del agente en el interior del vehículo, así como sus efectos personales.

Fuentes policiales aguardan a la declaración de la viuda del agente, una vez que ésta se recupere del shock sufrido por el asesinato de su marido. Estas fuentes creen que la mujer podría aportar algún dato de interés para la investigación, qu determine la autoría de los hechos.