El suceso, según la versión de los vecinos, se produjo a primera hora de la tarde, cundo un grupo indeterminado de jóvenes accedió al interior del cementerio, sorteando un muro derruido, cuya mayor dificultad la representa unos cañizos.

Los jóvenes, supuestamente, se dedicaron a sacar restos humanos del osario general y a esparcirlos por el campo santo. Una vez expoliado el cementerio, el grupo de profanadores abandonaron el lugar portando algunos huesos.

Unos vecinos de la zona, que sorprendieron a los jóvenes con los restos humanos, recriminaron su actitud, abandonando éstos lo huesos en plena vía pública. Minutos después hizo una patrulla de la Policía Local se personó en el lugar de los hechos, levantando acta de lo sucedido.

A pesar de la existencia de testigos presenciales, las versiones apuntada por los vecinos se contradicen, ya que algunos aseguran que los jóvenes no era más que "niños de 13 ó 14 años", mientras que el resto apunta a personas de aproximadamente veinte años de edad.

El Cementerio de San Miguel fue clausurado por el Ayuntamiento de Málaga hace varos años, por haber agotado su capacidad, permaneciendo enterrados en sus niños y tumbas los restos que aún no han cumplido el plazo legal para la exhumación.