La operación se inició en noviembre pasado, cuando la policía de Estados Unidos se incautó de 70 kilos de cocaína ocultos en un buque que transportaba dos contenedores con tablones de madera, entre los que estaba camuflada la droga.

La investigación policial permitió conocer que la coca procedía del puerto colombiano de Buenaventura y que, tras recalar en tierras americanas, tenía como destino Valecia después de pasar por el puerto belga de Amberes.

El pasado mayo, la policía española obtuvo información de que se había efectuado una nueva importación de madera por las mismas empresas que participaron en el anterior envío. En este caso, la droga llegaría al puerto de Bilbao a primeros de junio y posteriormente se trasladaría por ferrocarril a Valencia, donde se haría cargo de ella el importador.

Informado del caso, el Juzgado Central de Instrucción número cinco de la Audiencia Nacional ordeó la circulación y entrega controlada de los dos contenedores de madera que habían sido importados de Colombia.

El día 3 de este mes llegaron al puerto de Bilbao los dos contenedores, que posteriormente fueron trasladados a Valencia el día 7. El pasado jueves, se hizo cargo de ellos el importador, que los depositó en una empresa de alquiler de contenedores de Valencia.

Una vez allí, la policía procedió ayer a la detención de las cinco personas que aparecían a lo largo de toda la investigación: Hatman C.P., colombiano y gerente de la empresa exportadora con sede en Cali (Colombia), José G.N., español e importador de las maderas, José G.D., hijo del anterior, José T.O. y Juan O.V.

Una vez abiertos los contenedores, se intervinieron ocultos dentro de varios tablones de madera 123 paquetes con un peso total de 70 kilos de cocaína de gran pureza.