El boicot viene promovido por la Orden de Fraternidad de la Policía del Estado de Pennsylvania, organización que ha declarado la guerra a todas las personas que pidieron un juicio justo para Mumia Abu-Jamal, que en 1982 asesinó a un oficial de policía de Filadelfia.

El cantante Sting, afiliado a Amnistía Internacional, no es la única ersonalidad del mundo del espectáculo que podría sufrir las consecuencias de su apoyo a Mumia. Ya este verano, la policía de Lancaster City se negó a proporcionar sus servicios a la actriz Whoopi Goldberg durante su estancia en la ciudad y la policía de Kansas organizó un piquete con motivo del concierto del cantante Harry Belafonte, celebrado el pasado mes de septiembre.