El pozo ciego, situado junto al convento de clausura de Santa Gemma Galgani, en la zona norte de la capital, estaba siendo inspeccionado desde el pasado 22 de diciembre, después de que García Escalero se declarara culpable de la muerte de once personas y afirmara haberse desembarazado de tres cadáveres y de la cabeza de otro arrojándolos en el agujero.

Hasta encontrar los restos humaos, que se supone pertenecen a los mendigos asesinados por Francisco García, la policía ha tenido que excavar profundamente en el pozo, labores que han continuado hasta ahora ante la credibilidad que los encargados de la investigación daban a la confesión del 'mendigo psicópata'.

La búsqueda de nuevos restos humanos ha quedado interrumpida hasta mañana, debido a la falta de luz, según indicaron a Servimedia fuentes de la Jefatura Superior de Policía.

Hasta ahora, los agentes encargados de la invetigación le atribuían la muerte de ocho personas, siete hombres y una mujer, ocurridas entre agosto de 1987 -después de la salida de García Escudero de prisión, donde estuvo recluido por violación- y septiembre de este año.

Sin embargo, ante la precisión de los datos que aportó sobre sus otras tres supuestas víctimas, la policía ha estado excavando en el pozo durante tres semanas, hasta localizar hoy los huesos humanos.

Según sus declaraciones ante la policía, Francisco García cometía los asesinaos después de consumir alcohol y el fármaco rohipnol, lo que le hacía sentir una "fuerza interior" que le impulsaba a matar. El mendigo, que fue detenido el 2 de octubre pasado, solía aplastar la cabeza de sus víctimas, a algunas de las cuales mutilaba posteriormente y quemaba. Las víctimas eran también indigentes, con quienes entablaba amistad.