Las investigaciones se iniciaron a partir de las denuncias presentadas por las religiosas de los conventos de Sevilla, que decían que el acusado les amenazó y agredió, y además provocó incendios en puertas y otros lugares de los conventos.

La policía atribuye al detenido, que cuenta con un amplio historial delictivo, los incendios de los conventos de Santa Clara, Esclavas del SagradoCorazón, Santa Paula, Hermanas de la Cruz y de la Residencia de los padres jesuitas, y está acusado también de amenazar a las monjas.

El presunto pirómano fue detenido por la policía cuando paseaba por el centro de la ciudad, muy cerca de uno de los conventos que al parecer había incendiado.

Según la policía sevillana, en los antecedentes penales del detenido figuran delitos como abusos sexuales, exhibicionismo y robo.