Uno de los arrestados, que había trabajado en un centro de atención al cliente, utilizó información confidencial para conseguir de manera fraudulenta las claves y contraseñas necesarias para operar por Internet a través del portal habilitado para los usuarios, según informa la Policía en un comunicado.

Con esta información, conocía la oferta de terminales gratuitos a los que podían optar las empresas suplantadas y realizaba pedidos aportando los datos de la persona autorizada por cada una de las empresas.

Finalmente, modificaba las direcciones de entrega, para facilitar la de su propio domicilio y la de los otros dos arrestados. En el momento de la detención, dos de los detenidos tenían en su poder varios terminales obtenidos de este modo y que acababan de recibir.

Los teléfonos los vendían a un precio inferior al de mercado, obteniendo importantes beneficios, aunque la mayoría no habían podido ser utilizados en ningún momento, al haber sido bloqueados por la propia compañía telefónica.