Estas dos mujeres, después de robar las pertenencias de las personas mayores las vendían en casas de compraventa de metales preciosos. Tras su arresto fueron puestas a disposición de la autoridad judicial como presuntas autoras de delitos de hurto y estafa, según indica la Policía Nacional en una nota.

La investigación se inició el pasado mes de marzo cuando los agentes detectaron en varias casas de compraventa de metales preciosos numerosas ventas efectuadas por dos mujeres. Al denotar indicios de criminalidad, los investigadores intervinieron varios lotes de joyas y averiguaron que estas mujeres se dedicaban a cometer hurtos a personas mayores con el método del ‘hurto amoroso’.

En ocasiones, realizaban preguntas a las víctimas que encontraban en la calle y cuando recibían la respuesta agradecían de manera efusiva la colaboración dándoles abrazos con los que aprovechaban para apoderarse de sus joyas. En alguna ocasión, llegaron a acompañar a la víctima a su casa y mientras una de las autoras dejaba la puerta del domicilio abierta, la otra entraba y se apoderaba de los efectos de valor.

Los investigadores consiguieron localizar al propietario de unas joyas que habían sido sustraídas por las dos mujeres y que posteriormente habían vendido, llegando a recibir casi 1.000 euros por ellas.

A finales del pasado mes de junio, los agentes identificaron a las presuntas autoras, las cuales fueron arrestadas y puestas a disposición de la autoridad judicial. A día de hoy la investigación continúa abierta para determinar el origen de algunas de las joyas y la localización de nuevas víctimas.

La Policía Nacional explica que el ‘hurto cariñoso’ es una modalidad de robo, cometido habitualmente por una o varias mujeres, que seleccionan a su víctima, normalmente personas mayores que lleva algún metal precioso u ornamento de oro de gran valor y muestran una actitud cariñosa mediante abrazos, caricias, o incluso, llegando a ofrecerles, en alguna ocasión, favores sexuales.

Otro tipo de ‘hurto cariñoso’, es llevado a cabo por varias personas, generalmente un hombre y varias mujeres, los cuales estacionan el vehículo para solicitar una información sobre un centro de salud, clínica, hospital, etc. Mientras la víctima facilita las explicaciones, las mujeres aprovechan para sustraer las joyas, abandonando el lugar rápidamente.