Según informa la Jefatura Superior de Policía, está acción está dentro de la "Operación Surco" destinada a prevenir e impedir la comisión de robos por el procedimiento del alunizaje.

Sobre la 01:30 hoas, se recibía una denuncia de que varios individuos a bordo de un Audi, sustraído el día anterior, se daban a la fuga tras empotrar el vehículo contra el cristal de una tienda de ropa, en la calle Camichi.

Dos horas más tarde, los delincuentes repetían la operación en una perfumería del número 146 de la calle Bravo Murillo. Mientras tanto, los vehículos policiales que participaban en la operación ya estaban estratégiamente colocados.

Con la ayuda de un helicóptero policial, el Audi era localizad en la M-30, salida calle Costa Rica. A continuación se inició una persecución por diversas vías y calles de la capital: Nacional I, dirección Burgos; M-30 sur; Puente de los Franceses; Casa de Campo; Barrio de Aluche; Carretera de Extremadura, sentido TaLavera; M-40 hacia Valencia.

Finalmente, a la altura de la Plaza Elíptica toman dirección hacia la calle Santa María de la Cabeza, donde al verse acorralados, el conductor realiza un trompo y cambia el sentido de la marcha, volviendo hacia la Plaza Elptica. A 200 metros de dicha plaza, debido al exceso de velocidad, el vehículo choca contra un bordillo. El reventón de un rueda les obliga a abandonar el coche.

Se inicia una persecución a pie que, gracias al dispositivo de cierre establecido, culmina con la detención de cuatro personas: Noé M.H., de 16 años; Antonio F.J., de 20; Carlos Jarry S.L., de 17, y David B.V., de 17.

Durante todo el recorrido, los delincuentes llevaron a cabo una conducción temeraria poniendo en peligro, no sólo la vidade las personas que circulaban por la vías citadas, sino también la de los funcionarios actuantes. Un agente uniformado de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana resulto herido con lesiones leves. Asimismo tres vehículos policiales resultaron con daños de consideración.

Los agentes decomisaron en el interior del Audi diversos efectos procedentes de robos perpetrados esa misma noche. Entre ellos 200 frascos de perfume y cremas, todos ellos de marcas muy cotizadas en el mercado. Se calcula que el otín supera el millón de pesetas.