El "modus operandi" consistía en captar a mujeres jóvenes de bajo nivel cultural y social en sus países de origen para, bajo engaño, traerlas a España. Para realizar el viaje las proveían de un billete de avión, pasaporte en regla, estancia pagada en determinados hoteles, y el préstamo de 1.000 a 2.000 dólares para subsistir, con el propósito de que no levantaran sospechas entre la policía.

Tras atravesar la frontera, un miembro de la organización se apropiaba detoda la documentación, dinero y billete abierto de vuelta. Luego eran conducidas a los clubs de alterne controlados por la organización, donde comenzaba la explotación.

Las jóvenes trabajaban en periodos de 21 días en cada club, al final de los cuales pasaban a otro, hasta que finalizaban los tres meses de estancia en España. Su horario de trabajo era de cinco de la tarde a cinco de la madrugada.

Todo ese tiempo eran obligadas a ejercer sus servicios sexuales a los clientes, sin cobrar ningún suedo por ello, ya que estaban obligadas a resarcir la deuda anteriormente contraida: los billetes de avión y el dinero entregado al principio.