Las hipótesis que maneja la policí son que el coche-bomba de la calle Sagasta responde a un móvil terrorista, mientras que el asesinato del subdelegado regional de la empresa Ferrovial, José Casñ Pérez Serrano, se trataría de un posible "ajuste de cuentas".

Hacia las nueve menos cuarto de la noche de ayer, dos encapuchados penetraron en la sede regional de la constructora Ferrovial, en la calle Gascó Oliag, y tras preguntar por José Casañ dispararon contra él, causándole la muerte de forma inmediata.

La munición utilizada, según as primeras investigaciones policiales, no es del tipo que habitualmente emplean los terroristas de ETA o del GRAPO.

El subdelegado de Ferrovial no estaba amenazado y, según fuentes de la empresa, esta compañía no tiene ninguna relación con la construcción de la autopista de Pamplona a San Sebastián.

Pocos minutos después del asesinato de Casañ, dos llamadas anónimas alertaron de la existencia de un coche-bomba en la calle Sagasta, en el centro de la ciudad.

Se trataba de un "Renault 11" conlas placas de matrícula falsas que estaba aparcado encima de la acera con las luces de emergencia conectadas.

Artificieros de la Policía Nacional, tras un intento fallido, consiguieron desactivar con cebos el coche-bomba, que llevaba una carga de unos 25 kilos de nagolita y amonal, además de una pequeña cantidad de goma-2.

Esta carga no llegó a estallar, aunque sí se rompieron los cristales de algunos edificios próximos.

El coche-bomba estaba colocado en el centro financiero de Valencia, done se encuentran las sedes de las principales entidades bancarias.

A un centenar de metros aproximadamente están las oficinas de la firma Intermediarios Financieros, donde el año pasado fue asesinado el gerente de esta empresa al abrir un paquete-bomba.