La investigación se inició a principios de este año, al detectarse la presencia en la Costa del Sol del conocido traficante magrebí Rachid Tensamani, fugado de su país y reclamandopor las autoridades marroquíes.

Las gestiones realizadas por los policías españoles determinaron que la organización estaba compuesta en su mayor parte por individuos de nacionalidad marroquí, asentados en la Costa del Sol, Barcelona, Holanda y Marruecos.

Estos grupos, distribuidos según sus lugares de residencia, venían operando con plena confianza entre ellos. Los que permanecían en Marruecos enviaban grandes cantidades de hachís a España con una simple comunicación telefónica que realizaban lo responsables de la red que se encontraban en territorio español.

Esta forma de actuación supone que todos los integrantes del grupo forman una sociedad en la cual todos se responsabilizan de las operaciones que realizan, aunque desarrollen diferentes actividades.

Los suministradores de la droga residían en Marruecos, obteniendo el hachís en grandes cantidades, parte de su propia cosecha y parte a través de otros productores de todo el país norteafricano. De esta forma, conseguían un importante "tock" de forma permanente para atender las demandas del mercado.

Por su parte, los componente de la red que estaban en España actuaban como intermediarios de la mercancía. Para culminar las operaciones, Rachid Tensamani disponía de una red de contactos de confianza en toda Europa, que utilizaba para distribuir la sustancia estupefaciente.

La droga decomisada está formada por 150 kilos de cocaína, 12.000 kilos de "polen de hachís", 11.950 kilos de "resina de hachís" y 100 pastillas de éxtasis. El otal de detenidos asciende a treinta.