El autor de "Larga carta a Francesca" y de "Los silencios del fuego", expuso su opinión sobre el papel que la poesía debe ocupar en este momento de profundo cambio social, y afirmó que "la poesía se ha visto sometida a los hábitos desacralizados de nuestro tiempo".

"Me refiero", continuó, "a que el hombre ha perdido la armonía consigo mismo y con el mundo que le rodea. Por eso, la palabra escrita de nuestro tiempo no es el resultado de un crecimeinto, ni de una maduración del hobre como persona, sino un simple producto de consumo como otro cualquiera. La palabra poética debe recuperar su misión de iluminadora del corazón humano, debe volver a ser esa vía para conocer, amar y desentrañar la realidad".

Respecto a la opinión tradicional de que la poesía es un género literario minoritario, Colinas afirmó que "esto es debido a que la poesía requiere un cierto grado de iniciación que debe aprenderse en la escuela".

"Creo que en los primeros años de nuestra vida se nos debe eneñar a amar la poesía con placer. De todas formas, como el poeta no escribe para vender sino para expresar su estado de ánimo, es posible que el género resulte más cerrado que otros", continuó.

Para el poeta leonés, la competitividad literaria y el marketing de los "best-seller" dificultan la comunicación entre el literato y el potencial lector, que prefiere cada vez más el "televisismo".