PODER JUDICIAL. RAFAEL SARAZA: "O EL CGPJ CAMBIA O HAY QUE CERRARLO"

MADRID
SERVIMEDIA

Rafael Sarazá, uno de los tres vocales del Consejo General del Poder Judical (CGPJ) que dimitieron al no aprobar este organismo el cese de Luis Pascual Estevill, manifestó hoy a Servimedia que o el órgano de gobiern de los jueces cambia "o hay que cerrarlo".

A su juicio, hay una "intromisión constante" de la política en el CGPJ y "esto es algo a mí me deprime por completo y yo lo que estoy deseando es volver a mi despacho. Aquí se llegan a decir verdaderas barbaridades símplemente para justificar posturas que no comprendo".

"O esto cambia y, sinceramente, los jueces y los juristas que vengan aquí lo hacen con ánimo de no depender, de no ser correas de transmisión de intereses extrajudiciales de esta casa, oesto habrá que cerrarlo y tirar las llaves al Manzanares", declaró.

ESTEVILL DAÑA LA IMAGEN DE LA JUSTICIA

Sarazá señaló que el 'asunto Estevill' daña la imagen de la justicia ante los ciudadanos, porque el pueblo no entiende que se encarcele a alguien por robar 20.000 pesetas mientras se mantiene en una alta magistratura de la nación a una persona sobre la que recaen sospechas de haber incurrido en delitos.

Agregó que este asunto ha producido además una gran división en la justicia, corroborad por las duras críticas que han dirigido contra la decisión del CGPJ las asociaciones Jueces para la Democracia y Francisco de Vitoria, y el discreto silencio que ha guardado la Asociación Profesional de la Magistratura.

Para Sarazá, la crispación política de los últimos años ha trascendido al CGPJ y es preciso que se normalice para que también se calme la situación en el órgano de gobierno de los jueces.

"La casa hay que arreglarla por los cimientos, y no por el tejado. Si a partir de ahora la vda política española es más normal, más serena, más constructiva y no basada en la descalificación, todo eso se transferirá a esta casa, estableciendo una concordia", indicó.

En cuanto a su situación personal en el CGPJ, afirmó que, si Pascual Sala no acepta su renuncia, sólo cumplirá con "los mínimos institucionales que se me exijan", ya que está "totalmente desencantado" y no tiene "ni el más mínimo deseo de trabajar".

No obstante, reconoció que no puede romper unilateralmente una obligación deEstado y que su declaración en el sentido de que tendría que ir la Guardia Civil a buscarle a su casa para llevarle al CGPJ era únicamente "una forma de presión".

"Cuando llegué aquí tenía una ilusión enorme, vine creyendo que aquí se trabajaba con un espíritu abierto y constructivo, y me he encontrado con una situación totalmente politizada", declaró Sarazá, para quien el actual CGPJ "está muerto" y necesita ser renovado.

(SERVIMEDIA)
08 Mar 1996
VBR