El informe, el primero de estas características que edita el CES, hace una descripción pormenorizada sobre la población madrileña, sus medios de vida y sobre la economía del conjunto de la comunidad.

Asimismo, el estudio hace referencia a la estructura económica de la región y dedica un amplio capítulo al mercado de trabao, donde incluye estadísticas sobre empleo, paro, evolución de los despidos, accidentes de trabajo y huelgas.

En sus conclusiones, el informe asegura que la renta se distribuye de manera desigual en el territorio de la comunidad, y que "hay notables diferencias entre los municipios del noroeste y los del sur, dentro del área metropolitana", y entre ésta y los pueblos más alejados del centro.

CAIDA DE LA CONSTRUCCION

La economía madrileña, según el CES, registró durante 1992 una desaceleración dl crecimiento, siendo la caída más fuerte en la construcción, con una disminución de la producción del 8,2 por ciento en términos reales. La industria reflejó una caída del 1,2 por ciento, mientras la situación en otras comunidades autónomas limírofes experimentaba incrementos de hasta un 1,2 por ciento.

También en este capítulo se indica que el sector servicios es el de mayor peso en el conjunto de la comunidad, con un 77,7 por ciento del valor añadido, mientras que el sector industrial representa un16,1 por ciento, la construcción un 6% y la agricultura un 0,2 por ciento.

Otro dato de interés es que, durante los años 1991 y 1992 la economía madrileña sólo creó 3.000 empleos y en 1992 el desempleo aumentó en 60.300 personas, alcanzándose la cifra de 300.200 parados, de los cuales 143.000 lo eran de larga duración.

ACCIDENTES LABORALES

En 1991, los accidentes laborales afectaron a 32.000 trabajadores madrileños con contrato indefinido y a 41.000 con contratos temporales.

Los salarios pctados en convenio subieron en 1992 un 7,5 por ciento y la ganancia media total un 7,1 por ciento, mientras el IPC aumentó un 5,8.

Otro de los capítulos del estudio está dedicado a las infraestructuras de producción, donde se registró un descenso considerable en la licitación de obra pública.

Por otra parte, la situación de la región en cuanto a infraestructuras presenta varios estrangulamientos, entre los que destacan la conexión viaria de los corredores Madrid-Valencia y Madrid-Lisboa, la conexón aérea, debido a los dilatados plazos de ejecución de la ampliación de Barajas, y la conexión ferroviaria, donde se producen bajos niveles de velocidad comercial y puntualidad.