En declaraciones a Servimedia, Olabarría se pronunciaba así en referencia a la sugerencia de la Conferencia Episcopal sobre el sentido del voto de los creyentes en las próximas elecciones generales.

Como creyente, Olabarría aseguró que la Iglesia tiene un ámbito legítimo de actuación que se ciscunscribe a sus fieles, "que también tienen libertad para opinar pero a los que puede aconsejar", pero del que legítimamente no puede trascender.

Olabarría concluyó que se trata de una "intromisión ilegítima" de la Iglesia, en un momento especialmente delicado, en cercanías de una campaña electoral, por lo que su pronunciamiento puede "perturbar muchas conciencias".

Si la Iglesia se empeña en opinar sobre el contenido material de las leyes, dijo, como creyente "me interesa que me ilustre también sobre el estatuto del trabajador autónomo, sobre la ley del empleo público o sobre la ley de desarrollo rural".

Añadió, además, que su petición para que no se vote a partidos que negocien con terroristas sitúa "en el pecado a todos los partidos que han gobernado en España en democracia, a todos sin excepción".

Su opinión es que la irrupción de la Iglesia se debe a las próximas elecciones internas de la Conferencia Episcopal. "Si ganan estos", dijo en referencia a los firmantes del documento, "tenemos serios motivos para preocuparnos, porque volveríamos a los momentos más oscuros de la Iglesia".