No obstante, el portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Josu Erkoreka, declaró a Servimedia que se trata de buscar un "entendimiento" entre la administración central y la vasca que permita "empujar en la misma dirección", y no de acordar un "apoyo cruzado" a los dos presupuestos en un "cambalache marrullero".

"No se trata de un capricho ni de tácticas al albur delmomento ajenas al proceso presupuestario", como han planteado algunas voces socialistas, apuntó, sino una cuestión "de racionalidad económica y presupuestaria", porque si hay acciones concertadas es lógico que el PSE apoye los presupuestos vascos y el PNV los estatales.

El otro requisito para la formación nacionalista es un "aumento cualitativo de las partidas inversoras en Euskadi para ir compensando la brecha financiera" derivada de una aportación del País Vasco al Estado de un 6,24 por ciento del que sólo vuelve un 1 por ciento, "cuando llega", algo que ha ocurrido tanto con el PP como con el PSOE, denunció.

En cualquier caso, recalcó que no ha habido "ningún acercamiento ni aproximación" con el ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes ni con el Grupo Socialista, para abordar un posible acuerdo previo a la presentación del proyecto de Presupuestos, como se ha hecho con ERC y con IU-ICV.

Erkoreka indicó que las declaraciones realizadas durante este verano en el sentido de que el PNV podría ser una alternativa para configurar una nueva mayoría parlamentaria son más un "mensaje" a ERC para prevenir una posible ruptura que una intención "honesta y seria" de cambiar de apoyo parlamentario.

No obstante, opinó que las posibles discrepancias derivadas del Estatuto catalán "no interferirán" en estos primeros presupuestos, porque el eventual "fracaso" de la reforma estatutaria catalana no se constataría hasta finales de año.

CAMBIO DE "SOCIOS"

Si eso ocurre, podría haber repercusiones a más largo plazo para la estabilidad del Ejecutivo socialista, que tiene en el calendario otras propuestas importantes como la reforma educativa, lo que podría provocar incluso un adelanto electoral, ya que a estas alturas será "difícil improvisar" nuevos apoyos parlamentarios.

El "factor CiU", agregó, podría ser determinante en este escenario, ya que es posible que si fracasa el Estatuto le interese forzar un adelanto electoral en Cataluña para facilitar la gobernabilidad en España y dejar de lado a Esquerra en el ámbito del Parlamento español.

Sobre el papel de su grupo parlamentario, no quiso adelantar acontecimientos, aunque sí dejó claro que aunque las "relaciones personales" con el Grupo Socialista son positivas, "en lo político no han cuajado", como constata el hecho de que no haya habido ninguna reunión para hablar de gobernabilidad.