Así lo reivindicó durante el diálogo sobre 'Derechos Humanos y Personas Mayores’ celebrado en Servimedia y que también contó con la participación de la profesora de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense y miembro del patronato de HelpAge, Aida Díaz-Tendero; la presidenta de Amnistía Internacional España, Beth Gelb; y la vocal de la Junta Directiva de Movimiento por la Paz, Gloria Bombín.

En este contexto, González juzgó “bueno” que se “flexibilice” la edad de jubilación y que, mientras sea de forma “voluntaria y en condiciones dignas”, una persona de más de 65 años “pueda seguir trabajando” en empleos que no sean “muy gravosos”.

En este punto, denunció la “contradicción” que supone que el mercado de trabajo esté “expulsando muchas veces a las personas más capacitadas a los 55 años porque una persona joven le cuesta menos a las empresas que una persona que tiene un montón de años de experiencia”, razón por la cual, a su entender, “se está empobreciendo el sistema económico porque prescinde muchas veces de los más capacitados” y de la “riqueza” que aportan al estimar que ya no son “válidos”.

En la misma línea, Gloria Bombín lamentó que a las personas mayores se les considere “clase pasiva” al entender que dejar la actividad laboral “supone inactividad, soledad, no hacer cosas”, convencida de que “no se nos prepara para cuando somos mayores”.

SE ACABA EL MUNDO

“Cuando ya nos jubilamos, se acaba el mundo y no hay alternativas, aunque yo creo que ya se van desarrollando y no se trata de que ya los mayores nos jubilamos y nos dedicamos a holgar por la vida sin dar ni golpe”, apostilló, al tiempo que vio “fundamental” la “alternativa” del envejecimiento activo que urgió a “desarrollar”.

Por último, Beth Gelb criticó el edadismo que persiste en el ámbito laboral e hizo referencia al caso de un dentista de 68 años que quería continuar trabajando, que llegó al Tribunal Europeo de Justicia y recibió un fallo en su contra. “Quería seguir ejerciendo como dentista, pero se falló en su contra diciendo que la empresa que quería despedirle tenía razón en despedirle forzosamente porque tenía esa edad, sin ninguna base científica para avalar la sentencia”, resolvió.