Según Matas, las declaraciones de Maragall son significativas y reflejan deun modo claro las contradicciones en las que incurren los dirigentes socialistas dependiendo de la región a la que representen. A juicio del ministro, Maragall está utilizando el debate en torno al Plan Hidrológico "con intereses políticos y muy politizados".

En su opinión, el presidente del Partit dels Socialistes de Catalunya realizó estas declaraciones sin tener previamente en cuenta si el PHN incluye cautelas medioambientales o si garantiza que queden cubiertas las necesidades de las regiones por as que transcurre el río Ebro.

El titular de Medio Ambiente acusó a Maragall de realizar "una campaña política personal de un tema que debe ser de interés general del Estado", y señaló que "me parece una actitud muy ilustrativa, que responde más a intereses particulares y políticos que a intereses nacionales".

INSOLIDARIDAD

El ministro mostró su convencimiento de que "si somos capaces de demostrar que con el Plan Hidrológico Nacional vamos a llevar a cabo todas las obras necesarias para solucioar los problemas de agua, y, además, garantizamos que el agua que sobra se vierte (actualmente) al mar y puede ir a atender las demandas de otros territorios de España", ningún ciudadano se opondría al proyecto.

Matas considera un error hacer de este proyecto una batalla política, "como está intentando hacer algún Partido Socialista". En su opinión, las declaraciones de Maragall son un ejemplo de "insolidaridad" y deben suscitar alguna respuesta por parte de los dirigentes socialistas de las regiones fectadas. "¿Qué opinan el señor Chaves y sus homólogos del Partido Socialista?", preguntó el ministro.

En este sentido, criticó la falta de un criterio común en el seno del PSOE en torno a este proyecto, "como suele suceder de una forma ya excesivamente reiterada en los últimos tiempos". "Según de qué dirigente territorial se trate, se muestra a favor o no del conjunto del proyecto". Asimismo, acusó a los socialistas de "politizar y hacer demagogia de un problema muy serio".

A su juicio, el secreario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, debe ser quien ponga orden y quien aclare cuál es la posición de su partido sobre esta cuestión, "si es que hay una posición, pues probablemente habrá diecisiete", apostilló Matas.