Los portavoces de Industria consultados señalaron que el ministerio cuenta on un presupuesto en 1994 de 85.000 millones de pesetas para financiar programas de mejora tecnológica y calidad industrial en empresas de pequeño y mediano tamaño, y su intención es incluir en ellos proyectos de la industria de componenetes de automoción, con cuantías e incentivos específicos.

Según los responsables ministeriales, estos incentivos a la Industria podrían generar una inversión global en torno a los 450.000 millones de pesetas, de los que buena parte podrían ser fruto de los planes de cmpetitividad que desarrolle el sector de componentes de automoción.

Para el Ministerio de Industria, la crisis contagiada al sector de componenetes de automoción por los fabricantes de coches ofrece la primera oportunidad del Gobierno para llevar a cabo lo que su titular, Juan Manuel Eguiagaray, ha dado en llamar "políticas oblícuas" y que consiste en tomar decisiones de apoyo a sectores concretos -política vertical- sobre los planes generales -horizontal- diseñados por el equipo de su antecesor, Clauio Aranzadi.

La actual crisis de Seat, según Industria, y el problema que genera en los proveedores de componentes, puede servir en bandeja la primera ocasión para que las empresas busquen estas ayudas en la Administración, dados los planes de su propietaria Volkswagen de crear un parque de fabricantes de equipamiento para vehículos en las instalaciones que la empresa automovilística tiene en su factoría de Zona Franca.

Además, el ministerio considera que el sector automovilístico y las empresas uxiliares son estratégicos, debido a que existe una sóla marca, SEAT, que hay que mantener, y es necesario que sus productos se hagan también con componentes del país, objetivos que están en peligro por la crisis de demanda del sector y su excesiva dependencia del mercado nacional.

El objetivo del ministerio es coordinar una acción similar en toda Europa, para lño que ha elevado ya una propuesta a la Comisión de las Comunidades Europeas que debía haberse debatido en el pasado Consejo de Industria del ía 18, y en el que sólo se acabó hablando de la reestructuración siderúrgica de los "doce".

Según los datos de la patronal española de fabricantes de componentes de automoción, Sernauto, el sector facturá en 1993 cerca de 1,17 billones de pesetas, un 10 por cien menos que el año pasado, lo que forzará la pérdida de unos 15.000 empleos y una caída del ritmo de inversiones de 17.500 millones en 1992 a 10.000 en el presente ejercicio.