Asimismo, la Confederación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU), pidió a los poderes públicos que ofrezcan una "mejor información, con seguimiento posterior, sobre los riesgos posibles dl sitio", señalizando convenientemente peligros tales como la profundidad del agua, si es una playa con resaca fuerte o si el suelo está resbaladizo, según manifestó su presidenta, Isabel Avila.

Los ciudadanos también deben tener cuidado, señaló la CEACCU, a la hora de utilizar los lugares de baño, sean espacios naturales o piscinas, ya que "la mayoría de los accidentes se podían haber evitado" con unas medidas de precaución elementales.

La Confederación Estatal de Consumidores y Usuarios (CECU) esaltó que todas las piscinas estén convenientemente señalizadas, con información sobre la profundidad de cada tramo, según manifestó su portavoz, Antonio López. La CECU recordó que en las piscinas municipales no puede haber trampolín, salvo si son de competición.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) calificó de "atroz" la sucesión de siniestros que se están cebando en los bañistas desde que comenzaron las vacaciones veraniegas, según señaló su portavoz, José María Múgica.

JUEGOS PELIGROOS

Múgica afirmó que no puede descargarse toda la responsabilidad en los socorristas, ya que muchos bañistas ejecutan peligrosos juegos en el borde de las piscinas y si el socorrista les llama la atención, a veces los padres intervienen para decir al socorrista que no es quién para darle órdenes a su hijo.

Entre esos juegos peligrosos está el lanzarse al agua como una bola lo más cerca posible del borde o empujarse unos a otros al agua. El peligro no existe sólo para los que participan en el jueg, sino que alcanza a los ocupantes ocasionales del agua, quienes pueden recibir, si se descuidan, un fuerte impacto de un cuerpo que se lanza o es lanzado desde el exterior sin previo aviso.

Por su parte, la Unión de Consumidores de España (UCE) puso el énfasis en la responsabilidad de las comunidades de vecinos con piscina, donde no basta con cumplir la normativa en materia de botiquín, médico, ATS o socorrista, sino que es necesario además que los familiares vigilen en todo momento a los niños.

"Máxima prudencia. Y sobre todo, vigilancia de los niños por parte de los padres, que las piscinas no son guarderías", recomendó el portavoz de la UCE, Rafael Urrialde.