En este período, la piratería en videoclubes ha descendido en España hasta situarse en un 10 por ciento del total de la actividad que desarrolla este subsector, mientras que se ha incrementado en un 470 por ciento esta actividad en vídeos comunitarios, considerados por la FAP el veradero cáncer de esta industria.

Según explicó hoy Alberto Galtés, presidente de la FAP, las cifras de la lucha contra esta lacra han sido muy alentadoras sobre el futuro: "Se han intervenido casi 8.000 establecimientos y más de 840.000 videocopias, con un total de 962 sentencias condenatorias para 1.153 inculpados por este delito".

La actuación conjunta de las asociaciones de productores y distribuidores de vídeo y de las fuerzas policiales ha hecho descender notablemente la piratería, gracias a arias intervenciones espectaculares en las que se han desmantelado sofisticadas redes de copia y distribución sin licencia.

Los responsables de la FAP señalaron que, en estos momentos, España es uno de los países europeos occidentales donde este tipo de actividades es menos gravoso. En nuestro país las copias piratas suponen un 8 por ciento de la producción nacional, mientras que en Francia la cifra se sitúa en un 12 por ciento y en Italia o Suiza se eleva al 40 por ciento.

La actividad ilegal delos vídeos comunitarios se debe a la falta de una legislación clara que los regule y al escaso seguimiento para el cumplimiento de las leyes existentes. La FAP incluye también en esta denuncia a las televisiones locales y por cable.

Antonio Recoder, secretario general de la Federación Antipiratería, aseguró que en el momento actual la mayor parte de las cintas que se venden en los mercadillos españoles son copias legítimas y su menor precio se produce probablemente por la ausencia de intermediarios. "Ya se han acabado los tiempos en que una red delictiva realizaba miles de copias piratas, en ocasiones con el 'master' original que habían robado previamente en la propia distribuidora oficial", afirmó Recoder.