Las mujeres fueron concentrándose hacia las 12,30 del mediodía de ayer frente a las obras del Ayuntamiento Viejo de Ibarra donde trabajaba el presunto agresor, le obligaron a abandonar su puesto de trabajo y le condujeron por todo el pueblo hasta el juzgado de Tolosa.

El hombre, Francisco Sánchez, fue obligado a marchar delante de una pancarta, sujetada por mujeres, en la que se leía el nombre completo del presunto agresor y la palabra "erasotzailea" (violador), firmado por el coectivo Egizan.

Francisco Sánchez reconoció ante las mujeres, según publicó hoy el diario "Egin", haber sido el autor del presunto intento de violación, que finalmente resultó frustrado ante la aparición de un vecino de la zona, pero aseguró que lo hizo bajo los efectos del alcohol.

En la noche del pasado viernes, Francisco Sánchez se acercó por detrás a una joven en Ibarra, la golpeó y empezó a quitarle la camisa dejándole la espalda al descubierto. Acto seguido huyó ante la presencia de un vecin de la zona.

La agresión fue denunciada por la joven en la Comisaría de la Ertzaintza de Tolosa, denuncia que repitió ayer en el juzgado de guardia de la misma localidad cuando el presunto agresor fue conducido hasta el edificio judicial.

El juez de Tolosa reclamó la presencia de la Ertzaintza para que se llevase al acusado hasta dependencias policiales, donde quedó detenido. La denunciante aseguró hoy a los medios de comunicación que la actuación de las mujeres fue debida a la falta de actuaciónde la Ertzaintza, a pesar de que los hechos habían sido denunciados.

Por su parte, el Departamento de Interior del Gobierno vasco, consideró hoy "irregular" la actuación de las mujeres, ya que "la actitud correcta hubiera sido facilitar a la Ertzaintza su localización para que se hubiera procedido a su detención".

Asimismo, afirman que la ocultación de datos sobre el violador provocó que la Policía vasca implicara en los hechos a otra persona que no tenía nada que ver con los mismos y que coincida con las características del presunto agresor.