"El debate es ver cómo se salvan los muebles y se cubren las apariencias del cuatripartito", dijo en Punto Radio. "Es un disparate aprobar el Estatut sin CiU, sin el partido más votado en Cataluña y sin el concurso del principal partido de la oposición, aunque nunca se sabe con el presidente del Gobierno que tenemos".

Sobre la inclusión del término "nación" en el Estatuto, Piqué declaró que "la distinción entre el articulado y el preámbulo es una forma de encontrar salida a un problema artificial". "Son discusiones bizantinas que no tienen sentido", remachó.

A su juicio, el debate sobre las nacionalidades se resolvió adecuadamente en la Constitución de 1978, por lo que volver a abrir una discusión política al respecto resulta "absurdo".

Por último, el líder del PP catalán aseguró que en ocasiones echa de menos a ex dirigentes políticos como Jordi Pujol y Felipe González porque "no podía llegar a imaginarme que Maragall llegase a hacer lo que hace" y porque Zapatero "está dispuesto a romper el espíritu de la Transición".