Tras reiterar que se trata de una "clarísima" reforma de la Constitución, no de una mera reforma estatutaria, Piqué declaró en Rne que lo peor del nuevo Estatuto es la filosofía que subyace detrás de él, lo que hace que sea "difícilmente enmendable de forma parcial". "El espíritu que lo informa no es un espíritu acorde con el de la propia Constitución".

A su juicio, el texto aprobado en el Parlamento catalán no se arregla con simples "retoques" o "maquillajes", sino que precisa una revisión significativa, comenzando por el título preliminar y pasando por el blindaje de las competencias, la organización del poder judicial, los derechos históricos, el capítulo de derechos y deberes, o la financiación, es decir, revisando la columna vertebral del proyecto.

Por ello, indicó que es difícil anticipar cuál será la actitud del PP en el debate, ya que dependerá "de hasta dónde quiera llegar el Partido Socialista a la hora de enmendar este tremendo entuerto en el que nos han metido".