LA PINTURA HISTORICA DEL SIGLO XIX RECUPERA SU ESPACIO EN EL CASON DEL BUEN RETIRO TRAS LA MARCHA DEL "GUERNICA"
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El Casón del Buen Retiro, dependiente del Museo del Prado, ha reabierto hoy al público su salón central, que albergó el "Guernica" hasta su traslado al Centro Reina Sofía, devolviendo a la pintura histórica española del siglo XIX el espacio expositivo que la obra de Picasso ha ocupado durante doce años.
"El siglo XIX ha sid siempre la sección más castigada de las colecciones estatales", señaló Felipe Garín, director del Prado, "casi todas las obras de esta época se encuentran dispersas y cedidas en depósito a diversas instituciones".
Entre los cuadros más representativos que ahora se pueden ver en su nueva ubicación en la parte noble del Casón del Buen Retiro figuran "Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga" de Antonio Gisbert, "La rendición de Bailén" de José Casado del Alisal y "Doña Isabel l Católica dictando su testamento" de Eduardo Rosales.
"La fuerza expresiva de éstas y otras obras históricas del siglo XIX español ahora expuestas en las dependencias anejas al Museo del Prado es una prueba de la elevada calidad de los artistas españoles de una época injustamente relegada", afirmó Garín.
Gran parte de esas obras han permanecido ocultas, almacenadas o arrinconadas durante muchos años a pesar de la singular importancia de sus autores, que ahora pueden ser redescubiertos gracias a l recuperación de este período artístico. La mayor parte de los cuadros han sido restaurados expresamente para esta nueva etapa.
SOLUCIONAR CARENCIAS
Garín explicó, en relación con este nuevo impulso a la ordenación de los fondos de las colecciones estatales, que "hace falta un proyecto global para el Prado que solucione sus carencias de cara al año 2000".
Las propuesta de ampliación del museo realizada por el arquitecto Francisco Fernández Partearroyo, que pretende resolver las necesidades de srvicios y destinar el edificio Villanueva exclusivamente para exposición pública, cuenta hasta ahora con varios detractores, que consideran que el módulo añadido alteraría el entorno arquitectónico de la zona.
"Cualquier decisión que se tome deberá ser consensuada con todas las partes interesadas", aseguró Garín, "pero en lo que todos estamos de acuerdo es en la necesidad de buscar un mayor espacio para las obras del Estado". Aunque no quiso marcar plazos para la aportación de soluciones definitivas ala ampliación, señaló que el Patronato del Prado podría pronunciarse en septiembre.
(SERVIMEDIA)
28 Jun 1993
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