Las organizaciones consideran que el origen de los productos vinícolas debe estar determinado por el lugar de producción de las uvas, y de esta forma evitar el engaño a los consumidores y la competencia desleal.

Además, los productos vitivinícolas resultantes de la mezcla de productos de diferentes orígenes o de la transformación de las materias primas dedistintas procedencias no deben ser reportados a un único origen, sino a los diferentes lugares donde han sido producidas las materias primas.

Asimismo, ambos comités han instado a los representantes de los Quince que defiendan la prohibición de producir vinos en la UE a partir de mostos y vinos procedentes de terceros países, tal y como prevé la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del vino.