Por su parte, la defensa considera que no existió en ninguno de los casos delito de violación, y que no hubo violencia física, sino que se trata de delitos de estupro, por los que solicita una pena de 3 años de cárcel.

A lo largo de la vista, que se celebró a puerta cerrada, comparecieron 16 testigos y varios peritos. Según consta en el sumario, las violaciones se iniciaron a raíz de la separación matrimonial del acusado, en 1988.

La mayor de sus hijas, que entonces contaba 13 años, quedó bajo su custodia, circunstancia que aprovechó el padre para cometer los abusos sexuales, que continuó psteriormente con la hija menor.

A consecuencia de las reiteradas violaciones, la mayor de las hijas quedó embarazada en tres ocasiones y tuvo dos hijos que están acogidos en un centro de menores dependiente de la Junta de Castilla y León.