Vázquez se mostró partidaria de comenzar "inmediatamente" una campaña de sensibilización dirigida, en primer lugar, a la población civil madrileña, con el objetivo d conseguir la integración de los residentes extranjeros en igualdad de condiciones que el resto de ciudadanos de la región.

La consejera hizo esa valoración durante la presentación de las conclusiones del trabajo de investigación sobre la población inmigrante del tercer mundo y Portugal en la CAM, elaborado por Carlos Giménez, del departamento de Sociología y Antropología Social de la Universidad Autónoma de Madrid.

Según los datos del informe "Madrid y el desafio de la inmigración", el número deextranjeros en la CAM no llega al 3,5 por ciento de la población total de la región, lo que, a juicio del investigador, supone unas cifras no muy altas en comparación con los porcentajes en países europeos similares, donde los inmigrantes alcanzan entre el 7 y el 14 por ciento.

En concreto, en la CAM hay unos 97.000 inmigrantes legales, que junto a los cerca de 33.000 regularizados en los últimos meses, suman un total de unos 130.000, a los que habría que añadir entre 20.000 y 40.000 sin documentaciónen regla, según valoración de Gímenez.

De los legales, el 50 por ciento proviene del denominado primer mundo, sobre todo de Europa (franceses, alemanes e ingleses) y de Estados Unidos, y la otra mitad, son ciudadanos de países del tercer mundo, fundamentalmente, marroquíes, latinoamericanos, filipinos, polacos y de otras países del Este.

Para la consejera, esos datos dan a Madrid una imagen de "gran mosaico" de razas y culturas, con los subsiguientes graves problemas de adaptación e integración scial.

Entre ellos, citó la inseguridad jurídica de unos ciudadanos que año a año tienen que renovar sus documentos: la laboral, ya que casi todos están en la llamada economía sumergida, igual que muchos madrileños, y la social, por las dificultades que tienen para acceder a una vivienda digna y a la cartilla sanitaria.

Sobre la atención médica de los inmigrantes, el director del estudio aclaró que las enfermedades que padecen están mas relacionadas con sus actuales condiciones de vida (insegurida, precariedad en el empleo), que con aquellas originarias de sus países de origen.

La consejera habló de los inmigrantes que vienen a trabajar y lo consiguen, pero que el rechazo de los caseros les imposibilita acceder a una casa y de las dificultades que deben sortear para acceder a la asistencia sanitaria, porque desconocen, igual que muchos funcionarios, los mecanismos.

Asimismo, señaló otros problemas como la necesidad del agrupamiento familiar de los inmigrantes que no tienen lugares de encuntro establecidos y de una educación intracultural.

Debido a la tendencia alcista, ya que el número de extranjeros crecerá, dijo Vázquez, porque tienden a sentar raices con intención de quedarse y ser españoles, la consejera indicó que lo más urgente es empezar campañas de sensibilización, dirigidas a los autóctonos y a los afectados, con el fin de conseguir su plena integración.

LOS MEDIOS DEBEN COLABORAR

Tanto la consejera como el investigador insistieron en reclamar de los medios de comunicaión una mayor sensibilidad hacia los problemas de los extranjeros, en vez de ofrecer constantemnente una imagen "tremendista".

Advirtieron que, aunque un buen número de los inmigrantes tiene un nivel de formación superior al puesto de trabajo que desempeñan, no hay indicios de "competencia laboral, ni de que nos quiten el trabajo".

Por último, tras esbozar algunas críticas a la Administración central "por ir detrás de la realidad", Giménez ofreció datos sobre las concentraciones de inmigrantes, dspersos anteriormente: en el centro deteriorado de la capital (Tirso de Molina) y en barrios residenciales donde trabajan en el servicio domestico, la corona metropolitana (Parla, Móstoles, Fuenlabrada, principalmente) y la novedad de los asentamientos de la sierra norte.