En el juicio celebrado hoy en la Audiencia Provincial de Gerona, los inculpados, José Antonio Cabrera Domínguez, de 33 años, y Joan Reverté Font, de 39, se declararon inocentes.

Durante su declaración, los dos guardias urbanos aseguraron que su participación en la detención de los siete negros, todos ellos súbditos de Senegal y Gambia, se limitó a conducirles hasta las dependencias del Cuerpo de la Policía Nacioal, ya que ellos, como municipales, no tenían competencias para continuar con los trámites.

El abogado de la defensa, Marcel Fontanet, calificó las denuncias que interpusieron los negros como falsas y fruto de un montaje. "El fiscal ha sido bastante claro. Todo el mundo que pone una denuncia tiene la obligación de ir al Juzgado como testimonio", dijo.

La incomparecencia de los siete acusadores en el juicio de hoy demuestra, según el letrado, "que no debían tener fundamentos para seguir adelante cn las acusaciones".

Para Fontanet, las denuncias contra los dos urbanos fueron presentadas "ante la persecución a la que estaban sometidos los africanos por tráfico de drogas".