Según explicó el presidente de la patronal de petroleras, AOP, Eugenio Marín, el mercado de gasoil en 1996 alcanzó ya el 50% de las ventas totales de combustibles en España, lo que las compañías refineras achacan a la menor presión fiscal de este combustible y su repercusión en un precio más bajo.

Marín insistió en sus críticas a la regulación de precios al señalar que "el mayor atraso que tiene un mercado es estar regulado, cuando hay 14 operadores dispuestos a rebanars el cuello por la cuota de mercado que puedan conseguir".

El ejemplo más claro, dijo, está en los gasóleos, ya liberalizados, porque su precio actual es inferior al que tendrían si hubieran continuado sujetos a la disciplina de topes marcados desde la Administración.

Respecto a la fiscalidad que soportan las gasolinas, las empresas petroleras piden que no haya discriminaciones, porque existe una "tendencia peligrosa de diselización" del parque automovilístico.

Según Marín, las empresas petroeras ya han hecho fuertes inversiones en sus instalaciones para atender las exigencias medioambientales sobre contenido de azufre en el gasóleo. Si sigue creciendo el parque diesel aumentarán los requisitos ecológicos de la Unión Europea, como ya se está planteando, "y el coste de todo eso es imposible de asumir en estos momentos".