Las petroleras dicen que "acatan" la decisión del Gobierno de Manuel Fraga, pero alertan de que se trata de un impuesto indirecto y, como tal, "tendrá que ser íntegramente soportado por los consumidores de carburantes".

Defienden que esta subida impositiva "no puede ser absorbida por las petroleras con cargo a sus márgenes comerciales, ni en su actividad mayorita ni en su actividad minorista".

Finalmente, la AOP dice que este impuesto "acrecienta artificialmente las diferencias en los precios que paga el consumidor y provoca desequilibrios en el consumo que distorsionan el mercado".

"Una fiscalidad distinta en las diferentes comunidades autónomas se contradice con el espíritu de armonización fiscal que preconiza la Unión Europea, crea problemas de distorsión del mercado y desvío de consumos entre las regiones", concluyen los petroleros en un comunicado