PESTE PORCINA. LOS ANALISIS DETECTAN 'MAL ROJO' PERO NO PESTE PORCINA EN EL VALLE DE LOS PEDROCHES

CORDOBA
SERVIMEDIA

El secretario general de Asaja en Córdoba, Antonio Medina, aseguró hoy a Servimedia que los análisis realizados tras el sacrificio de 1.200 cerdos en el Valle de los Pedroches revelan que la enfermedad detectada en la comarca es la conocida como 'mal rojo' y no la peste porcina.

En la misma línea se ha manifestado el director general de Producción Agraria de la Junta de Andalucía, Luis Gázquez. Fuentes oficiales de a Junta ratificaron a esta agencia esta declaración, y dijeron que "no se puede hablar de peste porcina", ya que el sacrificio se ha realizado como medida cautelar.

Medina explicó que el sacrificio de los 1.200 animales ha sido una medida "brutal, ya que es matar moscas a cañonazos" y se ha producido por la política estricta de la Junta de Andalucía, atenta a cualquier brote vírico en la cabaña porcina.

Todo empezó con una matanza familiar a mediados del mes de diciembre, de cara a las fiestas naideñas. En la inspección veterinaria que habitualmente se realiza antes de la matanza, el veterinario detectó en uno de los cerdos ibéricos uno de los síntomas de la peste porcina (orejas caídas).

Inmediatamente, el equipo veterinario siguió la procedencia del animal y decidió (amparado por un decreto de la Junta) el sacrificio de todos los cerdos en un radio de 10 kilómetros al punto de origen del animal presuntamente infectado. Tras los sacrificios, se enviaron las muestras del cerdo a un laboratori.

Los análisis del laboratorio han corroborado que se trata de 'mal rojo', una enfermedad vírica que produce fiebre en los cerdos, pero que no tiene ninguna incidencia sobre el hombre.

"Aquí los veterinarios primero matan y luego piden explicaciones", aseguro Medina, quien pidió a la Junta que sea más "prudente" en posteriores ocasiones, aunque matizó que Asaja apoya la medida por la "garantía y sosiego" que a la larga produce.

El secretario general de la organización agraria indicó que actuciones de este tipo dan la impresión de que puede haber un problema con los animales mucho mayor del que realmente hay.

Además, si bien la Junta paga el valor de los cerdos sacrificados, Medina explicó que ahora los productores afectados deberán de empezar de cero en sus explotaciones.

(SERVIMEDIA)
02 Ene 1997
L