Además, el Gobierno español está manteniendo conversaciones diplomáticas a nivel no oficial con el Gobierno irlandés para pedirle explicaciones por su actitud ante los pesqueros españoles y buscar una solución al conflicto.

El problema procede de la costera del bonito del año pasado, cuando pesqueros españoles cortaron las redes de colegas irlandeses. La respuesta de la Administración irlandesa ha tardado en producirse, aprovechando el enfrentamiento con Canadá, que presentó a a flota española ante la comunidad internacional como incumplidora sistemática de las normas.

Ahora, las autoridades irlandesas son capaces de sancionar a un buque, como ya ha ocurrido, por incluir en la misma comunicación un parte de entrada en sus aguas jurisdiccionales y un parte de inicio de la pesca, cuando debe hacerse por separado.

Los armadores españoles reclaman que el Gobierno español exiga a Irlanda un trato similar a sus pescadores, que en muchas ocasiones no cuentan ni siquiera con dario de a bordo, según denuncian.

No obstante, como Irlanda se aferra a la más estricta legalidad, el Gobierno español mantiene contactos diplomáticos no oficiales para solucionar el problema, mientras pide a los barcos españoles que tengan especial cuidado en el cumplimiento de los requisitos.

TERRANOVA

Por otro lado, sobre la retirada de licencia a uno de los pesqueros españoles que faenan en Terranova, el 'Mayi-IV', fuentes del Ministerio de Agricultura dijeron que han sido los inspectores epañoles los que han ordenado su vuelta a puerto y no los comunitarios.

Precisamente, en el acuerdo firmado entre la UE (Unión Europea) y Canadá para repartirse las capturas de fletán, se consagró el principio de que sólo los inspectores del propio país puedan retirar la licencia a los pesqueros de su nacionalidad y no los de cualquier nación, como pretendía Canadá.