LAS PERSONAS CON CONVICCIONES RELIGIOSAS MAS ARRAIGADAS SON LAS MAS TOLERANTES Y SOLIDARIAS, SEGUN UN ESTUDIO DE GALLUP

- El académico de jurisprudencia Navarro-Vals "dehace" el tópico de que los que tienen ideas firmes son más intolerantes

SAN LORENZO DE EL ESCORIAL (MADRID)
SERVIMEDIA

Las personas con convicciones religiosas más arraigadas demuestran mayor grado de tolerancia, son más inclinadas a la solidaridad y preocupadas por la mejora de la sociedad, según un reciente estudio de Gallup realizado en Estados Unidos y presentado hoy en los cursos de la Universidad Complutense por el catedrático de Derecho y miembro de la Real Academia de Jurisprudecia Rafael Navarro-Vals.

"Es necesario matizar la difundida idea de que constituyen un peligro para la comunidad civil las personas que mantienen convicciones firmes, confundiéndolas con las intolerantes", explicó Navarro-Vals en el seminario "La difícil promoción de la tolerancia".

El académico centró su intervención en deshacer el "tópico" que intenta relacionar la intolerancia con el sentimiento religioso muy arraigado en las personas. "El enemigo de la sociedad no son las convicciones religioas", dijo, "sino sus dos corrupciones, la teocracia y el fanatismo".

Además de relacionar la religiosidad con el altruísmo y las actitudes solidarias, el estudio presentado hoy señala que un 83 por ciento de los norteamericanos manifiesta que sus convicciones religiosas les exigen respetar las demás creencias.

Rafael Navarro-Valls, que dirige el departamento de Derecho Eclesiástico de la Universidad Complutense, culpó en parte a la Administración de asociar las actividades religiosas de algunas aociaciones e instituciones con actividades de cariz sectario.

FUNDAMENTALISMOS

"Cuando indiscriminadamente el poder reacciona ante el resurgir del hecho religioso marcando con la sospecha todo valor moral, es cuando surge en la sociedad el peligro del fundamentalismo que, por reacción, pasa de ser un peligro latente a un peligro efectivo", añadió.

Para Navarro-Vals, la tipificación de un nuevo delito para las técnicas de modificación de pensamiento que produzca dependencia psíquica provocan "un posición que corre el peligro de crear una nueva intolerancia desde el poder".

El director del departamento de Derecho Eclesiástico de la Universidad Complutense insistió en que "dada la actual ola de intolerancia, es necesario circunscribir rigurosamente los poderes del Estado en esta materia".

(SERVIMEDIA)
16 Ago 1995
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