Antes de que comenzase la sesión, a las diez dela mañana, con la asistencia de todos los diputados electos, las inmediaciones del Palacio de la Carrera de San Jerónimo fueron "barridas" por varios perros policías, que rastrearon y olfatearon todos los vehículos estacionados en las calles adyacentes.

Asimismo, una unidad de agentes del subsuelo revisó la red de alcantarillado, como suele hacer cada vez que los diputados celebran plenos.

Al mismo tiempo, la policía fue retirando los vehículos particulares aparcados en las calles situadas junto l Congreso, donde sólo se permitió el estacionamiento a los automóviles cuyos propietarios estaban debidamente acreditados en el Parlamento, como es el caso de algunos funcionarios de la Cámara Baja.

Mientras en las azoteas de los inmuebles colindantes al Congreso, expertos francotiradores tomaron posiciones y observaban los movimientos de todas las personas que circulaban junto al palacio, en la calle decenas de agentes antidisturbios establecieron un cordón que rodeó todo el edificio del Parlamento,por donde estuvo prohibida la circulación a vehículos ajenos al Congreso.

Permanecieron cortadas al tráfico durante el desarrollo de la sesión de constitución las calles Zorrilla y Fernanflor, que discurren junto al Congreso, así como el tramo de la Carrera de San Jerónimo en dirección a la Puerta del Sol que pasa junto a las escalinatas de la Cámara Baja.

En ese lugar también estuvo prohibido el tránsito de los peatones, que, un poco sorprendidos ante la presencia de tantos agentes y vehículos d policía, tuvieron que cruzar la calle y cambiar de acera por indicación de los funcionarios.

Fuentes policiales señalaron a Servimedia que este dispositivo de vigilancia especial, que duplica el que habitualmente existe en el Congreso, sólo se establece en algunas ocasiones excepcionales, como la sesión de hoy, la apertura de legislatura -a la que asiste el Rey- y la investidura del presidente del Gobierno.