Junto a la denuncia, el ex agente de los servicios ecretos entregó al fiscal general una serie de documentos internos del centro -que según Perote fueron filtrados desde el CESID a los medios de comunicación-, y que acreditan que, desde 1994, el CESID le investigó con utilización de procedimientos ilegales.

Según el testimonio de Perote, entre esos procedimientos figuraron penetraciones en sus empresas, seguimientos personales y escuchas telefónicas, todo ello sin autorización judicial.

De las referidas notas internas del CESID se desprende, segú las mencionadas fuentes, que en mayo de 1995 el centro inició una campaña difamatoria contra Perote dirigida a "arruinarle moral y materialmente", lo que el coronel une al intento de fabricar pruebas contra él durante el juicio militar celebrado recientemente.

Entre ellas Perote destaca la prestación de "falso testimonio" por un testigo, el coronel López Fernández, y la denuncia de presiones contra otros dos testigos para que acusasen "falsamente" de apropiación indebida de fondos.

En la denunci, el coronel se ofrece al fiscal general para colaborar en las diligencias que se abran al efecto, para confirmar la falsedad de las imputaciones que el CESID le hacía en aquellos informes.